Abstract
Las ceremonias de iniciación
y el encuentro con seres sobrenaturales descritos por los awajun y en especial
relevancia el encuentro con el AJUTAP durante la toma de sustancias
psico-activas configuran un nuevo estilo de vida para los hombres. El ajutap
según la concepción de los awajun y la experiencia de la visión revelada al
iniciado es descrito aquí. Es poco conocido la naturaleza del ajutap, el
agenciamiento que produce, la fuerza que activa en el iniciado y la importancia
que le dan los awajun a la visión revelada por el ajutap. No obstante, la
ciencia de los awajun se abre paso para revelarnos esas misteriosas fuerzas que
repotencian el desarrollo del hombre (potencia activa dentro del ser) y generan
confianza –la visión- para enfrentarnos al futuro incierto.
Palabras claves: Ajutap,
agenciamiento, sustancias psico-activas, cosmovisión awajun.
Durante mucho tiempo ha
inquietado a los observadores y aventureros la naturaleza de la cosmovisión de
los nativos amazónicos. Relacionados con prácticas demoniacas por los
exploradores religiosos que veían a los nativos en ceremonias de ingesta de las
plantas psico-activas como el toé y el ayahuasca ampliamente difundidos entre
los jíbaros del norte de Perú. Hay un aspecto muy relevante para los jíbaros de
lo que poco se entiende y la ciencia es incapaz de describir las misteriosas
fuerzas que emanan al interior del hombre cuando éste ha logrado encontrarse
con el ajutap. Este escrito da cuenta acerca de esta experiencia y navega desde
los propios testimonios de los expertos awajun y la experiencia del autor en
sesiones de ingesta durante el viaje al nor-oriente de Perú con el objeto de
describir la naturaleza del ajutap, el agenciamiento producido sobre el cuerpo
material y el espíritu del hombre; esa misteriosa fuerza que los jíbaros dicen
poseer gracias al encuentro con el ajutap. Entonces, ¿cómo se produce esta
experiencia? ¿cómo lo experimentan los awajun esta visión y encuentro con el
ajutap?
Sustancias psico-activas que
conducen al mundo de los espíritus e inmerso en ella podemos hallar la fuerza
del arutam o ajutap en awajun. Pero, ¿cómo es posible ello?. Durante las
sesiones de ingesta el iniciado se sienta sobre un tronco de madera al caer la
noche siendo las 18 o 19 horas en un lugar alejado del poblado y acompañado por
un experto ingiere unas tres bocanadas de sustancia de color marrón oscuro y
casi gelatinoso de concentrado psico-activo preparado de la liana denominado
datem (Banisteriopsis); mezclado esta liana con 6 hojas de otra especie de
datem llamada yaji el cual activa las visiones que el iniciado verá durante su
estado de trance. Durante todo el día, antes de la ingesta que se da durante el
ocaso, el iniciado deberá abstenerse de ingerir alimentos y sólo deberá tomar
agua hervida. Alrededor de 5 a 15 minutos se experimenta los primeros efectos
de la ingesta, un verdadero viaje al universo desconocido: se oyen zumbidos,
movimiento del cuerpo que viaja hacia el infinito, zumbido y sonidos semejantes
a los producidos por el aleteo de muchas avispas en el panal, sonidos
intolerables para los oídos y el cuerpo, mareos y espasmos en todo el cuerpo.
La vida parece pender de un hilo, sólo una diminuta forma de vida semejante a
una molécula conserva la vida en un latir mínimo y el cuerpo ya no se siente,
gravedad cero del cuerpo y los oídos no pueden oír los sonidos del entorno
natural sino los sonidos que se activan en el cerebro. Se experimenta una
sensibilidad extrema, los ojos experimentan un cambio y múltiples colores
fosforescentes se iluminan en el entorno. De pronto el cuerpo experimenta una
convulsión del estómago anunciando las náuseas y pronto se experimentan los
vómitos acompañado por una fuerte necesidad de defecar. El cuerpo es impulsado
y se arroja a la tierra entre vómitos y los intestinos arrojando restos de la
sustancia que el cuerpo no puede tolerar más. Inmediatamente, se aproxima una
fuerza que impulsa el cuerpo para tomar su postura en el asiento de tronco de
madera, esperando los siguientes ciclos de vómitos, mareos y deposiciones
constantes.
De pronto se oye un sonido,
un agente no identificado toca la puerta, es el ajutap y pronto el malestar
cesa experimentando el cuerpo una infinita calma y paz. En ese instante se
tiene los ojos clavados por una especie de gafas compuesto de partículas de
vidrios rotos y se observa desde esta las visiones que se presentan como si se
proyectaran en una pantalla de televisión. En tanto, el ajutap con potente voz
acompaña en el tránsito a los diversos universos, encuentros con seres
conocidos y desconocidos, seres espeluznantes como serpientes y demonios, hombres
rodeados de serpientes, luz irradiante sobre el cuerpo del shaman, entre otras
experiencias. En la escena proyectada el ajutap nos muestra una tercera persona
y nos habla en referencia a esa persona y el ajutap por regla general nunca se
refiere a la persona del iniciado directamente; lo que el iniciado comprende
que lo indicado o referido por el ajutap en realidad se refiere a él. Lugares
desconocidos, serpientes y bestias temibles se aproximan a los ojos como
visiones, cuando este es muy terrible para los gustos se puede expresar chuu
que es una interjección en awajun para auto-afirmarse como hombre valiente,
entonces automáticamente desaparece dicha visión y se nos presenta otra.
En tal estado, se presenta
el espíritu ajutap, anunciando la visión que revela al iniciado situaciones
vivenciales que experimentará en el futuro o la dotación de una fuerza que
marcará la diferencia otorgando habilidades y carácter especial a la persona. El
ajutap tiene figura de ser humano, con arma sobre el hombro o simplemente con
espléndido atuendo, de elevada estatura, es el espíritu de un ancestro. Siempre
en tercera persona cuando se refiere al iniciado -que este es un gran guerrero,
este vive en abundancia, este es valiente de cuya voz emerge sabiduría y es
oído por muchos, este vive y experimenta sus años de vejez, aquél recibe los
saludos en reconocimiento por sus aportes al conocimiento y las artes, este
realiza largos viajes, etc.-, el ajutap guía al iniciado durante el tránsito a
través del misterioso mundo de lo desconocido, hacia universos múltiples y
distantes. Algunas visiones en específico presentan a la futura esposa que el
iniciado tendrá: el ajutap dice “observa, esta es la mujer de aquél hombre que
vive en abundancia, rodeado en su regazo por hijos”. En este último caso, la
identidad de la mujer no es revelada, la mujer siempre se presenta frente al
iniciado de pie pero de espaldas con un atuendo particular o una actividad
específica que revela al iniciado cierta noción sobre lo que la mujer será o la
labor que realizará en el futuro cuando esta se convierta en su esposa. Otra
revelación del ajutap anuncia que la vida prolongada del hombre estará
caracterizado por su ejercicio como líder y será escuchado entre sus pares
(chicham antuntai); poder y afirmación de líder, su legitimidad, lugar que
ocupará en la sociedad.
Entre las revelaciones o
visiones que otorgadas por el ajutap también se encuentra el don para la
guerra, la posibilidad de convertirse en un hombre para la guerra, lo que en el
fondo significa el devenir asesino del hombre. Generalmente cuando el iniciado busca
efectuar una venganza y retribución que debe pagarse con la muerte del enemigo,
el ajutap dota de poder y capacidad para tal acto y se cree que el que no tenga
esa visión, otorgada por el ajutap, no tendrá la capacidad para matar; las
manos de un waimakchau temblaran a la hora de empuñar el arma y será presa
fácil para su enemigo. Se necesita, un waimaku para el éxito de la guerra y la
venganza contra el enemigo: hace falta un waimaku para enfrentar a otro
waimaku. Sin embargo, los awajun nos comentan que actualmente no se buscan
tales visiones, es decir, el waimamu que convierte al hombre en ser para la
venganza no es lo que se busca; al contrario, los iniciados dicen preferir
visiones que se relacionan con su carrera profesional, sus actividades productivas
y sobre todo la posibilidad de conocer a la futura esposa.
El waimaku es el que ha
visto la visión y poseedor de una fuerza y energía otorgado por el ajutap. Los
awajun denominan waimaku a los hombres que han tenido un encuentro con el
ajutap, waimaku se asocia con la raíz waimat. Waimat es el verbo que indica la
acción y efecto por el cual un individuo ha logrado obtener una fuerza otorgada
por el ajutap; este individuo no es sólo un sujeto simple sino un “hombre con
voz”, no sólo es un hombre, es un hombre que ocupa un lugar en la sociedad y en
él se impregna una fuerza y don que diferencia al waimaku del hombre común que
no ha tenido semejante experiencia. Diferencia sustancial al que los awajun
denominan waimakchau cuando un individuo no ha logrado obtener la fuerza
otorgado por el ajutap. Ser waimakchau es una gran desventura para los awajun:
aquél no podrá ocupar un lugar entre los waimaku, su voz no será escuchado, no tomará esposa entre las mujeres del
poblado, no ocupará un lugar entre los adultos, carecerá de valor para afrontar
las adversidades de la vida, será vulnerable frente a sus enemigos, su espíritu
débil será blanco fácil ante los ataques de los virotes de la muerte lanzados
por los brujos, entre otras desgracias. No es difícil bajo este concepto del
waimak que actualmente se le asocie con la obtención de un título profesional
en alguna especialidad de las ciencias. Entre la nueva generación de jóvenes el
waimak es haber adquirido conocimiento y especialidad en tanto genera un capital
simbólico y también otorga una herramienta de trabajo.
Se ha sugerido que el ajutap
es Dios para los awajun. Este pusilánime y grotesco pensamiento, desbordando la
realidad del universo awajun, ha sugerido que los awajun al no tener
información y conocimiento sobre el Dios cristiano, por cuanto se hallaban
aislados de la “civilización cristiana”, a duras penas han concebido una noción
débil y rudimentaria de Dios denominándolo ajutap. Lejos de ser verdad, la
evidencia constatada por los antropólogos es precisamente lo contrario; en toda
la literatura escrita sobre el pueblo awajun se observa una organización de
tipo horizontal: economía de intercambio, política sin Estado jerárquico,
religión sin Dios ni cultos. Será inconcebible para el pensamiento occidental y
también para la sociedad andina pensar una organización social sin el centro de
poder, sin gobernantes y dioses que legitimen la organización jerárquica del
modelo vertical estructurado. Para la concepción jibaro, tanto los seres reales
del universo como los seres que habitan el mundo espiritual son amigos o
enemigos. El ajutap se ubica entre los aliados, pero el espíritu del iwash
(espíritu maligno) puede hacer daño; el cuñado, el hermano, el padre de un
sujeto en la vida real puede ser amigo y aliado frente a una inminente amenaza
mientras que el extraño, los no familiares, los que en el pasado tomaron la
vida de un familiar en las incursiones de guerra son enemigos potenciales y el
establecimiento de relaciones con ellos siempre genera situaciones peligrosas. A
diferencia de la religión cristiana, la religión de los jíbaros awajun no
venera u ofrece culto al ajutap, solamente se ofrece respeto y admiración.
Respeto y consideración aquí no se entienden como adoración: el respeto por un
amigo o consideración de las fuerzas del enemigo.
Para la concepción awajun,
el encuentro con el ajutap configura todo un estilo de vida, activa una
potencia, ofrece el camino para convertirse en verdadero hombre y ocupar un
lugar en la sociedad awajun. Lo que ha manifestado el ajutap, la fuerza que
otorga el ajutap se constituye en impulso, en el principio rector, el motor que
agencia grandes fuerzas. Por tal motivo es valorado entre los awajun el waimat
en tanto el ajutap genera un agenciamiento que activa el desarrollo de la
persona, el desarrollo tanto físico –el iniciado se llena de fortaleza física,
pierde el desgano y la pereza- como espiritual –el iniciado pierde temor, se
llena de coraje, su fortaleza emocional es conocido.
Acerca del autor:
Wilson
Atamain, es antropólogo por la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos, es el primer antropólogo de origen awajun que ha podido concluir
satisfactoriamente su carrera profesional en dicha casa de estudios.
Actualmente radica en el norte de Perú donde efectúa labores relacionadas con
la antropología política y antropología jurídica.