Viendo una mueca despectiva de un innombrable conductor de televisión limeño durante la entrevista vía microondas a un miembro de FREPAP, me veo obligado a verter algunos comentarios respecto a los resultados de las elecciones del Congreso de Perú. Para muchos el ascenso al poder de partidos como UPP y FREPAP son calificados como anomalías atípicas de la que hay que buscar cierta explicación que satisfaga la curiosidad mientras surgen comentarios despectivos en los principales medios limeños que no hacen mas que reflejar la ceguera que impide conocer el Perú en su real dimensión.
Este escenario me parece comparable con el impacto que causó la guerra con Chile y la bofetada a toda la elite peruana. Posterior a este evento, se produce un largo debate sobre por qué, quién, cómo se pierde la guerra. Un debate para encontrar culpables. Este escenario del fracaso hace que algunos se cuestionen la idea de nación. Que en Perú las élites dominantes se habían empeñado en crear una estructura excluyente, de discriminación a las poblaciones originarias y una ridícula forma de organización social basada en una dinámica de “blanqueamiento” que no hizo más que crear desigualdades por doquier. Esta problemática se describe de forma tan elocuente en las afirmaciones del viejo Cusasquiche en los Cuentos Andinos de López Albújar (1920): ¿por qué vamos a hacer causa común con mistis piruanos? Y agrega: mistis piruanos nos han tratado siempre mal. Aunque en el cuento el indio Aparicio logró convencer a los indios y deciden apoyar a los “mistis piruanos”, el escenario de la desigualdad no cambiaría en nada después de la guerra con Chile.
No olvidemos que esta misma dinámica de exclusión estructural y sistemática fue el caldo de cultivo que activó la violencia política en Perú. En aquellos años, los militares violaban a las mujeres en la Amazonía, los policías daban puntapiés a los andinos que no se “dignaban” a inclinarse sobre el suelo en señal de reverencia y los indígenas en general fueron los “males” que habría que demoler desde su cimiento genético. Está demás decir, que no importó a la élite de Lima la masacre de poblaciones andinas hasta que las bombas explotaron en casa.
Si bien es cierto que el racismo y la discriminación agenciada desde las instituciones del Estado ya no constituyen una práctica explícita, que las afirmaciones o actitudes racistas abiertas son hechos condenables, pero aún se mantienen ciertas formas de racismo y exclusión oculta ya sea desde la práctica social como en el nivel estatal.
La configuración en la escena política de partidos como FREPAP y UPP no es un hecho fortuito o casual. FREPAP, es la voz de los ciudadanos sin voz. Su existencia explica la práctica de centralismo monstruoso y corrupto del poder político secuestrado por partidos tradicionales. Al igual que la voz de Cusasquiche, la historia de “mamacha” Tatiana, nos incita repensar el poder político. Expulsada por la violencia política de Ayacucho pasó durante muchos años en Lima. Cuando retornó a su tierra de origen y pidió al ente rector de tierras, reconocer sus derechos territoriales le pidieron un montón de requisitos que fueron diseñados para agotar los esfuerzos de recuperar sus tierras comunales. Triste y agobiada por una enfermedad rara acudió a los religiosos característicos por sus barbas. En esta congregación trataron su enfermedad con mucha oración y la aplicación de medicinas naturales. “Mamacha” relata que vio cómo pateaban los policías a su padre Andrés, mientras su madre lloraba arrodillada suplicando piedad por su marido. Los policías entre torturas múltiples desmayaron a “papa” Andrés y lo arrojaron al basurero. Luego de tomar aliento como gato con más de una vida “papá” Andrés se arrastró moribundo y arribó a casa. Tan pronto se recuperó, huyó de sus tierras rumbo a Lima con toda su familia.
A estas alturas habrá que pensar si la izquierda y la derecha en Perú se pasaron debatiendo asuntos de género, sólo para citar un ejemplo, mientras se desatienden de problemas que incrementan la desigualdad en grupos y/o pueblos indígenas y en el “interior” del país. El asunto de género resulta igual de importante, pero tal vez es hora de seguir los consejos de Jesús en replica a los fariseos: debiste de hacer esto sin dejar de hacer aquello.
Finalmente, antes de hacer muecas ridículas, debemos romper el ADN del colonialismo, la superioridad engañosa que nos conduce al espejismo de la superioridad y conocer que la pobreza no es más que la aplicación del capitalismo a puntapié en nuestras sociedades. Y, saber que mientras la miopía, la indiferencia y la intolerancia sean nuestro pan de cada día, las bombas sonarán y arribarán a casa.
*Wilson Atamain, Antropólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
En diversas culturas, los problemas de enfermedad y la curación, están relacionados con la experiencia y práctica de sanación a cargo del Iwishin (curandero o brujo bueno). En la Amazonía peruana muchas de las plantas medicinales son alucinógenas y constituyen un medio para entrar en contacto con el mundo sobrenatural.
La gran cantidad de las personas indígenas practican la medicina tradicional, sin ser especialistas de la materia, sanan dolores o enfermedades con hierbas y con diferentes tratamientos. Los curanderos o Iwishin practican en mayor grado las plantas alucinógenas a fin de detectar fehacientemente las enfermedades de sus pacientes. Luego del diagnóstico minucioso concluye detectando tipos de enfermedades y tiene capacidad de recetar los remedios.
En la cosmovisión indígena del pueblo Awajun y Wampis existen dos clases de brujos: brujo bueno y, brujo malo. Al brujo bueno los Awajun y Wampis lo llaman Iwishin (curandero) y al brujo malo Tunchi o Wawek (hacedor de daño).
El concepto de brujo en la cosmovisión indígena, se define como aquella persona que puede ser hombre o mujer, en algunos casos niños, que experimenta a través de las plantas alucinógenas un cambio de conciencia que se comunica con los espíritus cósmicos a fin de diagnosticar enfermedades y dar curaciones o agravar la enfermedad haciendo más daños corporales del paciente, asimismo discierne el futuro, teniendo capacidad de encontrar objetos robados o perdidos, así como predecir de las personas quienes se preparan para realizar actividades dañinas para la sociedad.
Existen muchos términos para denominar a los brujos, sin embargo, son dos clases los más conocidos que son el Iwishin y el Tunchi o Wawek.
El Iwishin – Curandero (brujo bueno), es querido por todos los pobladores de determinado lugar y por otros sitios donde llegan las noticias de sanación. El Iwishin, es buscado para efectos de obtener sanación de alguna enfermedad que padece el paciente. Los pacientes viajan en busca del curandero desde las lejanías para curarse de algún malestar de su cuerpo. El Iwishin cuando llegan sus pacientes muchas veces sin previo aviso, no duda a atender a todos los pacientes sin discriminación alguna. A cambio de sanación, los pacientes o familiares de los pacientes retribuyen un pago que, normalmente vienen a ser especies. Contienen: un perro cazador, una escopeta, un Tarash (tela de algodón tejido a mano para vestido de mujer o sirve como sabana), Itipak (falda masculina), hacha, machete, venenos para caza entre otros.
Image copyrightMinelinksImage captionCeremonia de curación: El Iwishin toma el brebaje, bendecidas con cantos mágicos y comienza a descifrar la enfermedad.
La retribución no precisamente significa el pago o el valor de sanación, tiene otro significado más importante, esto es, que las invocaciones de poderes cósmicos y las plantas alucinógenas y medicinales tengan efectos positivos en el momento de curar las enfermedades, así como resultados eficaces en la actuación de las propiedades curativas de las plantas medicinales utilizadas.
El Iwishin cuando la enfermedad o enfermedades son serias o graves antes de analizar minuciosamente las dolencias de sus pacientes hace dietas por espacio de tres días mínimo, en este espacio, no come comida caliente, no duerme con su mujer, no se solea, no come la sal, no come dulces entre otros alimentos para no debilitar las propiedades curativas de las plantas, así como no debilitar sus poderes sobrenaturales. Mientras se mantiene en dieta prepara sus plantas medicinales, esto es, ayahuasca y/o tabaco y las plantas que sirve para la curación.
Llegado el momento, el brujo toma las plantas preparadas, luego de media hora de haberse bebido las plantas bendecidas con cantos mágicos típicos de ocasión, comienza a descifrar con qué tipo de enfermedad están sufriendo sus pacientes. Identificado las enfermedades empieza a recetar las plantas medicinales necesarias para las curaciones de los daños materia de diagnóstico, especificando cuantas dosis necesita para la sanación de cada enfermedad si fuese necesario, las dietas a seguir, el tiempo de sanación, finalmente, si la enfermedad es causa de brujería menciona al brujo quien hace daño.
La ceremonia de curación o análisis de las enfermedades están supervisadas por los parientes de los pacientes, de tal modo que, los parientes escuchan todos los mensajes y cantos del Iwishin. Cuando descifra las enfermedades a través de las plantas alucinógenas, invoca a los Ajutap (personaje cósmico que da poder y prosperidad), a través de ese poder logra ver, en caso de ser consultado por parientes de pacientes quienes son los brujos causadores de daños y es capaz de predecir los próximos peligros. Asímismo, delante de sus parientes succiona o chupa la parte afectada del cuerpo sacando bacterias dañinas del paciente. Los parientes presentes observan todo el proceso de sanación y ven también cuerpos extraños saliendo del cuerpo del paciente.
El paciente o los pacientes, luego de la consulta tienen que cumplir las recetas y dietas irrestrictamente y se sanan con la garantía del Iwishin. De esta manera, el Iwishin gana su prestigio logrando también atender más pacientes, esto es el brujo bueno.
El Tunchi o Wawek – brujo malo, es aquel brujo o bruja que dedica a causar daño a cualquier persona sin motivo alguno. Es decir, existen brujos malos que no se pueden controlar su Tsentsak (virote con el cual dispara sus venenos que causan daño o muerte), según los testimonios de ellos mismos, los dardos salen disparados en el momento que se enfadan con alguien, no tiene otra alternativa que hacer daño a la persona con quien discute o a quien le tiene cierta envidia, no pueden controlarse. El Wawek, cuando quiere una mujer, es decir, desea enamorarla, le declara su amor, si no es correspondido le dispara un virote y le puede causar daños que pueden hacerla sufrir por mucho tiempo o si es mortal muere en un día o en tres días máximo. La persona una vez se siente dañado por algún brujo trata de curarse con las plantas medicinales, en caso no logra sanarse busca al Iwishin inmediatamente, si logra encontrar antes de ser demasiado tarde se sanan de manera rápida caso contrario mueren con mucho sufrimiento.
EL SIGNIFICADO DE SER BRUJO EN LA COSMOVISIÓN AWAJUN Y WAMPIS
Para los brujos buenos, ser brujo en la cosmovisión Awajun y Wampis resulta ser un prestigio y así significa para los pueblos indígenas involucrados en el proceso. Los brujos buenos, son buscados como un verdadero médico que suelen ser buscados cuando tienen prestigio internacional. Los brujos buenos viven protegidos por los pobladores gozando de sus bondades de sanación... El ser brujo bueno es un título de prestigio, es gozar de la simpatía de todos los pobladores del determinado lugar y otros lugares que fueron beneficiados por las bondades del brujo bueno. No tiene significado alguno del poder y hacer lo que quiere. Tiene significado de prestigio en el sentido de bondad hacedor de justicia, es decir, de las maldades que hacen los brujos malos, el brujo bueno busca resolver los dolores de los seres humanos, en consecuencia, es considerado como una persona bondadosa hacedor de justicia sanándo a las víctimas inocentes que sufren por los daños ocasionados por el Wawek.
La otra cara, el brujo malo Wawek, es un título de desprestigio. El brujo malo es buscado por todos los pobladores, ninguna persona tiene piedad del brujo malo, hasta sus parientes más cercanos lo repudian, porque trae dolores, sufrimiento y daños a las personas inocentes, hace daño a los niños y niñas, en consecuencia, cuando es identificado como brujo malo, es sentenciado a muerte. Su castigo más benigno es de ser expulsado del pueblo, sin embargo, donde vaya hace daño a los demás y no es perdonado. De manera inmediata hacen un proceso sumario y lo condenan a pena de muerte, no tiene otra sanción que estos dos últimos.
Actualmente en los pueblos Awajun y Wampis, ninguna persona llamados brujo gozan del prestigio. No quieren que viva tranquilo en las comunidades, en cualquier cosa suelen acusar al supuesto brujo hasta matarlo. Las autoridades actuales, no quieren tener responsabilidades, en consecuencia, en una asamblea general los asambleístas expulsan al sospechoso. Existe otro sentimiento, los que son brujos viven escondidos hasta que sea descubierto y expulsado del lugar, algunos ni pretenderían ser brujo, de todas maneras hasta la fecha tienen pena de muerte y es caso familiar, ellos son los que determinan el destino del brujo cuando han comprobado. Según los especialistas Awajun y Wampis los brujos no pueden sanarse, es decir, una vez convertido en brujo no hay manera de volverse sano es imposible sanarse.
Abel Uwarai, abogado por la Universidad Nacional de San Marcos.
Por: Santiago Jesús Manuig Los jóvenes tendremos que asumir los pasivos ambientales dejados por los impactos negativos
*Por Santiago Jesús Manuin Mayan
Estoy viviendo 26 años, desde
que nací hasta mi juventud, en
la provincia de Condorcanqui.
Estimo que nuestro pueblo,
actualmente, tiene
aproximadamente 70 mil
habitantes que viven en una
extensión territorial de
aproximadamente 30 mil km2
de la Amazonía.
Particularmente, en estos años
estoy notando muchos cambios
culturales, sociales y políticos, positivos y negativos, que están atravesando en las
comunidades Awajún y Wampis del Alto Marañón. En mi calidad de joven analizo y me
pregunto permanentemente ¿Por qué se están dando tantos cambios negativos en
nuestra sociedad local? Aquí algunas respuestas que puedo esbozar.
Nací en la quebrada de Kashap que antiguamente formaba parte del territorio de la
comunidad nativa de Atsakus. Fueron mi padre Santiago Manuin, el Sr. Antonio Bais
Yagkuan y algunos otros comuneros quienes titularon la nueva comunidad y la
denominaron con el nombre de Comunidad Nativa de “Kashap”. Recuerdo que en aquellas
épocas había paz, tranquilidad, comprensión en la comunidad; existían suficientes
animales para la caza y peces en abundancia. La gente no pasaba hambre y no necesitaba
de la “caridad” de las empresas extractivistas como ahora. Yo crecí sano y saludable,
hasta que dejé la Comunidad por razones de estudios. Desde ese entonces ha pasado
mucho tiempo que no vivo en mi comunidad; no obstante, sigo teniendo terrenos con
plantaciones y cultivos, de modo que aún formo parte de la Comunidad. Esta es la
razón por la que me produce dolor ver las malas condiciones de vida en que se encuentran
mis hermanos y hermanas de la Comunidad de Kashap y de la provincia de Condorcanqui.
Un asunto que me preocupa es la instalación, sin ningún tipo de consulta previa según el
Convenio 169 que ampara a los Pueblos Indígenas, de una empresa extractivista en el
territorio de Kashap. En el territorio comunal se ha instalado, hace 04 años, una
plataforma de perforación para la extracción de petróleo sin que la Comunidad tenga la
información adecuada para analizar los impactos socio-ambientales negativos que
causarían esas actividades en la sostenibilidad del territorio, en la cultura y en la
sociedad Awajún. La comunidad ha aceptado que la Empresa realice la exploración
petrolífera gracias a artilugios de los operadores de la empresa que van sobornando a
las autoridades y comuneros. Se está poniendo en riesgo, sobre todo, el bienestar de
las futuras generaciones de Kashap y de la sociedad Awajún y Wampis de Condorcanqui.
Una cosa que se debe tener en cuenta es que seremos los jóvenes los que tendremos
que asumir los pasivos ambientales dejados por los impactos negativos de la empresa,
puesto que los viejos de hoy ya no estarán. Lo que pase con el territorio será por el
capricho egoísta de unas cuantas personas que por intereses personales ponen en riesgo
al pueblo Awajún Wampis. Esta es la razón por la que dirijo estas pequeñas reflexiones
a todos los jefes de diferentes comunidades, comuneros(as), lideres(as), dirigentes, a
la sociedad occidental y, especialmente, a los y las jóvenes de hoy que están interesados
a conocer la realidad de la zona. Ellos deben conocer que el verdadero desarrollo no
consiste en acabar con todas las riquezas naturales que tenemos en nuestro territorio
tales como árboles, ríos, quebradas, manantiales, animales, aves, peces, etc. La empresa
propone a las comunidades un desarrollo a la medida de las millonarias ganancias que va
a lograr con la explotación del petróleo. Por eso, la empresa invierte dinero en sobornos
a los apus, a los líderes y otras autoridades de la zona, aprovechándose de sus
necesidades, muchas veces fruto de la ociosidad para trabajar la tierra. La empresa
reparte mucho dinero y a eso le llama desarrollo. Los que piensan en ese tipo de
desarrollo creen que la riqueza es el dinero. Creo que ellos deben saber que el dinero no
se come, no se bebe, ni se respira. Al final, simplemente, el dinero se acabará. En cambio,
nuestro territorio quedará contaminado y, por lo tanto, afectará a miles de nuestros
hermanos y hermanas.
Image copyrightSantiago Jesús Manuig M.Image captionMinería informal en Río Santiago
Los empresarios cuando quieren
ingresar a explotar los recursos
naturales ofrecen a las comunidades
muchas cosas. Por ejemplo, seguridad de
trabajo, becas, infraestructura, etc., y
ellos los animan a trabajar. Sin embargo,
haciendo un análisis de fondo a la
situación presente y futura, el
desarrollo que realizan las empresas
extractivistas no es sostenible, sino al
contrario, se trata de un desarrollo con
muchas ganancias en dinero para ellos, pero que destruye el medio ambiente, el bosque,
la identidad, la cultura. Cabe preguntarse ¿en qué país o pueblo indígena donde habido
presencia de empresas extractivistas se ha dado un desarrollo sostenible para las
comunidades? Nosotros sabemos que después que los recursos naturales se han agotado
lo que siempre ha quedado es la destrucción social, cultural y ambiental, con grandes
problemas socioambientales y económicos para las comunidades locales.
Analicemos dos ejemplos. En primer lugar, el caso de los Pueblos Indígenas Achuar. En la actualidad, ellos se encuentran en una situación muy lamentable pues no
tiene agua limpia, sus ríos están contaminados, las tierras han perdido la capacidad de
producción, no tienen la cantidad de alimentos necesarios para comer y las personas
sufren muchas enfermedades. En segundo lugar, las poblaciones de la región de
Cajamarca. Veinticinco años con la minera Yanacocha sacando oro, y actualmente es una
de las cuatro regiones más pobres del Perú (Según Estadísticas del INEI). Por
consiguiente, yo llamo a ésta una situación mafiosa que saquea y extermina al pueblo con
toda su cultura, costumbres, creencias, etc.
El pueblo Awajún y Wampis no debe ser sorprendido por aquellas personas foráneas. No
debemos permitir a que un grupo de supuestos dirigentes detengan el destino positivo
de nuestro pueblo. Como jóvenes tenemos que luchar liderando a otros pueblos étnicos
en la defensa del territorio. Si nosotros no defendemos a nuestra madre tierra, de aquí
a 10, 20 o más años, el único desarrollo que habremos alcanzado será ser peones mal
pagados de las grandes empresas. Es decir, ¡nosotros mismos seremos mendigos y
limosneros en nuestro propio territorio! La estocada final será la desaparición de
nuestro pueblo, nuestra cultura, nuestra propia espiritualidad y nuestras cosmovisiones.
Por supuesto que nosotros no queremos que pase esto en el futuro.
Por eso, debemos reclamar nuestros derechos colectivos como pueblo indígena, de modo
que seamos respetados. ¿O acaso queremos seguir siendo vulnerados en nuestros
derechos como otros pueblos indígenas? Quiero motivarles a que recapacitemos, no
pensemos solo en el hoy, que pensemos en el futuro de las nuevas generaciones. Además,
es un derecho colectivo defender el territorio porque implica tener reconocimiento de
las formas de administrar o de usar la tierra, según los conocimientos propios de nuestro
pueblo, que también implica la propiedad y posesión sobre las tierras que tradicional y
ancestralmente ocupamos.
Lo dicho no significa estar en contra de la inversión privada, ni de la inversión pública.
Al contrario, queremos que la inversión llegue pero que sea hecha de la mejor manera,
que no ponga en riesgo a nuestro territorio ni a nuestro pueblo, que sea trasparente y
que beneficie a todos. Seamos conscientes que nosotros tenemos nuestro propio
proceso y formas de comprender el desarrollo el cual debe ser analizado y reflexionado
bajo el concepto del “buen vivir”, “Tarimat Pujut /Tarimat Pujut”.
Image copyrightSantiago Jesús Manuig M.Image captionInstalación de una parcela de mucuna, en el colegio Arutam, Boca Chinganaza
El desarrollo sostenible no ocurre tan sólo con la llegada de las empresas extractivistas.
Hay muchas formas de realizarlo sin poner en riesgo nuestro medio ambiente, nuestra
biodiversidad. Nosotros tenemos que buscar un desarrollo sostenible que implique
mejorar los diferentes aspectos de nuestra vida
(social, ambiental, económico, cultural, y
político). Por ejemplo, nosotros podemos
desarrollar la agricultura familiar bajo el
enfoque de la seguridad alimentaria que
garantiza la alimentación familiar sin destruir la
naturaleza. Nosotros podemos trabajar de
manera decente incentivando y concientizando,
sembrando diferentes tipos de cultivo, criando
aves y peces, haciendo plantaciones forestales
de corto, mediano y largo plazo. Nosotros
podemos buscar mercado para comercializar
nuestros productos como el plátano, el cacao, el
maní, etc. En este sentido, los dirigentes, en
lugar de estar limosneando ante las empresas, deben aprender a identificar el interés
común de toda la población. Asimismo, las organizaciones, tienen la tarea de acompañar
a las comunidades en la búsqueda de la calidad de vida sana y saludable. Ellas deben
integrar al Pueblo Indígena de manera sólida teniendo una buena propuesta política. Las organizaciones deben gestionar en el Estado Peruano un Plan Estratégico diseñado de
acuerdo con la realidad del pueblo, una propuesta desde la visión del Pueblo Awajún y
Wampis del Alto Marañón.
Finalmente, quiero compartirles que he comprendido precisamente la alternativa y
modelo de desarrollo sostenible que debemos contar, en el año 2014 he trabajado en
SAIPE en un proyecto denominado “Fortalecimiento de Capacidades para el Manejo
Sostenible de los Recursos Naturales en las Comunidades del Alto Marañón – Perú”, a
través del cual llegamos a 12 comunidades para promover actividades de reforestación.
Como técnico extensionista, yo he sido responsable de llevar la atención técnica a cuatro
comunidades del distrito de Río Santiago: Nueva Esperanza, Boca Chinganaza, Belén y
San Rafael. Trabajamos con 10 familias beneficiarias en cada comunidad y con sus
Instituciones Educativas Secundarios y Primarias las mismas que tienen la tarea de
reforestar y usar tecnología de abono verde a base de mucuna para recuperar suelos.
Derechos de autor de la imagenSantiago Jesús Manuig MayanImage captionReforestación una manera de recuperar las
especies nativas forestales, frutales, y
medicinales
La reforestación es una manera de recuperar las
especies nativas forestales, frutales, y
medicinales, etc. Las familias participantes del
proyecto están comprometidas en la siembra de
estas especies para que puedan aprovechar
sosteniblemente sus beneficios. Yo tengo que
compartir que al inicio de este trabajo las
poblaciones de algunas comunidades no mostraban
mucho interés por las actividades de
reforestación, sin embargo, en el transcurso de
los meses, con la sensibilización y las experiencias
exitosas, han ido entendiendo la importancia de
reforestar. Las familias han ido percibiendo que
en el Bosque Amazónico los árboles maderables se
están acabando debido a su explotación con fines
económicos. Si bien es cierto, la reforestación es un trabajo de largo plazo, las familias
son más conscientes que están asegurando su futuro y el de sus familiares.
De igual manera, en este proyecto las familias están trabajando la tecnología de la
cobertura verde como abono el mismo que consiste es la instalación de parcelas con
mucuna. Ésta es una especie de leguminosa que tiene vaina que se siembra especialmente
para la recuperación de suelos degradados o suelos infértiles. La mucuna cumple el papel
importante de aportar nitrógeno (N) al suelo a través de sus hojas. Cuando cumple su ciclo vital de 8 meses, la parcela queda lista para que sea utilizada con otras siembras.
Además, este tipo de cobertura se utiliza para realizar rotación de cultivos de tal
manera que se aprovecha mejor los suelos y no hace mayor presión al bosque.
Finalmente,
me alegra mucho que muchas comunidades estén trabajando con bastante dedicación
este proyecto de Fortalecimiento de Capacidades para el Manejo Sostenible de los
Recursos Naturales, y espero que instituciones como SAIPE u otras continúen apoyando
bastante en alternativas y tecnología para un verdadero desarrollo de las familias y del
territorio amazónico.
* Técnico Agropecuario de SAIPE, egresado del Instituto de Educación Superior Tecnológico Fe y Alegría N°
74, Santa María de Nieva (Amazona, Perú)
La lógica del Estado respecto a los pueblos originarios no ha cambiado
Con un
conversatorio desarrollado por la Federación Regional Indígena Awajún de San
Martín (Feriaam) junto a la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC), la
Asociación Paz y Esperanza y el colectivo Cultura Awajún se conmemoró el octavo
aniversario del conflicto social conocido como Baguazo.
Karol Vela y
Luis Vásquez, representante de Paz y Esperanza y Director Regional de Cultura,
respectivamente, abrieron el programa resaltando la importancia de promover la
memoria a través del diálogo para aprender de los errores, fortalecer la
conciencia ciudadana y evitar que otro suceso así se vuelva a producir.
El panel
estuvo conformado por Pancho Tanques, vicepresidente de Feriaam, Liseth y
Wilson Atamain, integrantes de Cultura Awajún, Leo Majuash, estudiante
universitario Awajún y Delfina Catip, secretaria de asuntos femeninos de
Feriaam.
Los
expositores dieron inicio haciendo un respetuoso homenaje a las 34 víctimas del
conflicto, dejando en claro que este enfrentamiento entre peruanos fue
innecesario y que los responsables políticos de la gestión del gobierno de Alan
García no fueron incluidos en los procesos judiciales pese a haber provocado el
fatal desenlace debido a la falta de voluntad política expresada desde el
ejecutivo y el Congreso con la complicidad de la bancada aprista.
Asimismo, se
resaltó que para garantizar la paz social es imprescindible que el Estado
garantice el respeto de los derechos de los pueblos originarios, sin embargo,
los panelistas concordaron en que el Estado no cumple con ese rol y a través de
diferentes instancias gubernamentales intenta burlarse de los acuerdos
internacionales que protegen a las comunidades nativas.
En un
análisis prospectivo sobre el papel de las organizaciones indígenas,
concluyeron que hace falta mayor fortalecimiento, la formación de nuevos
liderazgos, la consolidación de un bloque amazónico que articule las diferentes
demandas de los pueblos en una lucha común. De igual manera, respecto a lo que le
correspondería al Estado se manifestó que debe promover oportunidades en
igualdad de condiciones para todos los peruanos, respetando las diferentes
culturas y cosmovisiones, sin imponer un modelo de desarrollo extractivista y
depredador.
El panel
resaltó el aporte de las mujeres indígenas en la defensa de sus territorios y
en la preservación de su cultura, por tanto, es vital para ellas que se
promuevan mejores condiciones de vida, por el aporte que hacen tanto en lo
sociocultural como en lo dirigencial y en lo familiar.
Otra de las
reflexiones importantes fue el reconocer que como sociedad nos hace falta
examinarnos, preguntarnos cómo estamos funcionando como nación, identificar qué
aspectos debemos deconstruir para forjarnos como una sociedad justa, construida
desde una visión intercultural.
Considerado como alimento estrella entre nuestros antepasados, el maní era consumido por los TAJIMAT y WAIMAKU. No era alimento de una persona común y corriente. También era muy preferido por los Nugkui ellos preparabn el bichak y comían. Comer maní era símbolo de estatus.